Archivo Histórico Municipal de Elda

El Archivo Histórico Municipal de Elda es un depósito documental que, haciendo abstracción de la época musulmana, nos ha llegado francamente disminuido en su potencial y tendría su origen en la creación del órgano de gobierno y administración locales a principios de la repoblación cristiana, mediado el siglo XIII. La primera noticia que tenemos sobre la construcción de la la Casa Ayuntamiento, en cuya sala capitular se reunía el consistorio, nos la proporciona José Montesinos, al decir que era una casa “magnífica, fuerte y de hermosa Vista, toda de Cantería, cuyas salas descansan sobre fuertes arcos; y una espaciosa Lonja”, lugar donde se pregonaban y fijaban los bandos y se hacían las subastas de los turnos de agua de riego.
Según el cronista orcelitano, la casa de la villa fue costeada con los bienes propios del municipio en 1383, por orden de Pedro IV, el Ceremonioso.

En esta época, la corporación ya contaba con dos escribanos, Gregorio Bruy Julián Araes. Por tanto, si, entre otros menesteres, nos encontramos con sesiones de cabildo, administración de bienes propios y señoriales, bandos, tandas de agua que rematar y trabajo para dos amanuenses es lógico pensar que se generase un considerable volumen de documentación que había que preservar para acreditar las decisiones adoptadas y servir de base para la toma de futuros acuerdos. Los papeles del Ayuntamiento, en los primeros tiempos, se guardaría en un mueble o armario colocado en la sala de reuniones, bajo llave, al que sólo tenía acceso con la presencia de testigos el primer escribano, que hacía las veces de secretario. Así en 1774, el escribano público Joseph Ferrándiz y Carratalá anotaba de forma ritual “…constituido en la Sala Capitular de esta villa, precedido el entrego de llaves del Archivo de la escrivanía de Ayuntamiento a mi cargo…” para la consulta de libros que se custodiaban en él. Posteriormente, con el aumento de la documentación, se dispondría de un habitáculo llamado archivo, cuya puerta permanecía cerrada y únicamente franqueable para los escribanos.

Paralelamente, la villa pasa de forma alternativa de la propiedad señorial al realengo, teniendo entre sus dueños más duraderos a los Corella, de Cocentaina y a la familia Coloma bajo cuya propiedad se erige en la cabeza de condado. En las sucesivas reformas y ampliaciones del edificio municipal, hasta llegar a abarcar las contiguas Reales Cárceles y la Escuela Pública, siempre se reservó un espacio destinado a archivo, donde se reuniera la documentación producida y recibida por la representación pública del municipio.

En 1983, con la apertura de la Casa de Cultura, en la calle Príncipe de Asturias, se separó el Archivo Histórico Municipal del Archivo Administrativo que permaneció en la Casa Consistorial. Allí se mantendría hasta finales de 2006 en que fue trasladado a las nuevas instalaciones de la Biblioteca Pública Municipal “Alberto Navarro”, en el restaurado edificio del C.P. “Padre Manjón” inauguradas el 9 de enero de 2007, donde ocupa un depósito de 24m2 y una zona de trabajo y consulta de, aproximadamente, 42m2.

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